Impresión con tinta blanca: Qué es y cómo funciona

Desde Imborrable meditamos constantemente cómo ofrecer nuevas y originales soluciones de impresión a las necesidades de nuestros clientes. Con la revolución de la impresión digital, nuevas técnicas aparecen en el mercado todos los días. La impresión con tinta blanca es una de las últimas novedades, que en poco tiempo pasó a ser un recurso recurrente para los diseñadores gráficos. Con la llegada de la tinta blanca a la impresión digital este tipo de tinta pasó a verse con más frecuencia en ejemplos de branding, packaging, tarjetas de visita, flyers, cuadernos personalizados, blocs de notas… La tinta blanca siempre es una opción original y elegante que puede imprimirse sobre todo tipo de papel, cartulinas de colores, papel kraft, papeles especiales e incluso sobre soportes transparentes.

Hasta hace poco la tinta blanca había estado siempre reservada a la impresión por serigrafía. Si un diseñador gráfico quería dejar una forma vectorial en blanco sobre una superficie oscura, la única posibilidad era recurrir a esta técnica de impresión permeográfica. No obstante, la tecnología digital ha logrado que sea posible imprimir tinta blanca opaca directamente, sin necesidad de recurrir a la serigrafía. La impresión por tinta blanca ya es viable tanto en impresión digital, como en impresión offset, aunque ésta última cuenta con algunas diferencias. Vamos a repasarlas más abajo.

¿Cómo imprimir en tinta blanca y conseguir los mejores resultados?

Debemos tener en cuenta que se trata de una tinta especial. Una tinta que resulta ajena al sistema de impresión CMYK, como sucede con las tintas fluorescentes o metalizadas. Por ello, para la impresión en tinta blanca debemos cambiar los cuerpos de tinta de la máquina que realizará la impresión. Otro detalle a tener en cuenta antes de realizar la impresión es conocer bien el soporte sobre el que vayamos a imprimir en tinta blanca. Este tipo de tinta especial funciona mejor sobre papeles de tonalidad oscura y de color. El contraste será mayor, facilitando la lectura de la creatividad a imprimir.

Una vez tengamos en cuenta lo anterior podremos escoger entre el sistema de impresión para la tinta blanca: impresión Offset, impresión digital o serigrafía.

Imprimir tinta blanca en Offset

Si estamos valorando imprimir en tinta blanca con impresión Offset debemos saber que se requiere cambiar los cuerpos de tinta de la máquina, lo que puede llegar a ralentizar el proceso de impresión. No obstante esta técnica de impresión cuenta con una calidad de impresión envidiable y resulta muy económica en tiradas largas. La impresión Offset puede resultar la mejor alternativa si necesitamos imprimir grandes cantidades o formatos de gran escala (como cartelería).

Una desventaja importante que debemos conocer cuando hablamos del uso de tinta blanca con esta técnica de impresión es su densidad. Con Offset el resultado del uso de tintas blancas no es 100% opaco, y se observa algo traslúcido. Si necesitamos que ese blanco se vea más nítido y fuerte necesitaremos someter al soporte a varias pasadas de tinta, lo que puede volver a ralentizar más el proyecto, además de encarecerlo. Por tanto, para mejorar la legibilidad es preferible que la tinta blanca offset se utilice sobre papeles de color opacos u oscuros. Así garantizamos que la legibilidad de la impresión es siempre la correcta.

Imprimir tinta blanca con Serigrafía

Hasta hace poco la serigrafía era la única técnica de impresión que nos permitía trabajar con tinta blanca. Este tipo de impresión se usa para estampar textiles (camisetas) e imprimir en todo tipo de materiales. Se suele realizar de forma manual. Se trata de una técnica de impresión que transfiere tinta o pintura a través de un marco con una malla tensada de nailon. La malla deja pasar sólo tinta por las partes que se corresponden con la imagen. Contamos con un artículo de serigrafía o impresión permeográfica, por si queréis ampliar vuestra información en esta técnica.

Ya que este tipo de impresión utiliza más tinta que los otros dos, la tinta blanca lucirá más densa y opaca con esta técnica. El blanco es más blanco.

La desventaja se lo lleva la precisión y la definición que no es tan positiva como la que ofrece el Offset. Los objetos pequeños no quedarán muy bien definidos y lo mismo sucederá con los textos de tamaño pequeño, que puede afectar a la legibilidad del texto.

Con la técnica de serigrafía, tampoco podemos imprimir degradados o sombreados. Todas las tintas deben ser planas.

Imprimir en tinta blanca en digital

La impresión digital con tinta blanca cuenta con grandes ventajas y ayuda a cubrir parte de los problemas que presenta la impresión Offset o impresión por serigrafía. La tinta se seca casi de forma inmediata y se imprime de forma opaca. El color blanco queda nítido y fuerte. No hace falta realizar más de una pasada por el mismo soporte, lo que agiliza mucho la impresión. Con los últimos avances la impresión digital con tinta blanca cuenta además con mucha definición. No presenta problemas con los textos o formas pequeñas como sí hemos visto que sucedía en la impresión permeográfica.

Además, al ser impresión digital podremos imprimir más de una versión sin encarecer el precio, algo que no sería factible desde la impresión Offset. Esta técnica de impresión resulta más económica para tiradas cortas (por ejemplo por debajo de 500 unidades) y el proceso es mucho más ágil y rápido que en las citadas anteriormente. También nos permite imprimir en degradados y no necesariamente con tintas planas como nos limita la serigrafía. Otra ventaja es que existen máquinas de 5 cuerpos que además de imprimir con tinta blanca nos permite imprimir también en CMYK.

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